martes, 29 de enero de 2013

La moda verde en la arquitectura


edacción
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Joyas de la arquitectura verde.
Normalmente hablamos de arquitectura “verde” refiriéndonos a construcciones inteligentes o construcciones sostenibles pero también lo es proyectar espacios verdes en distintos elementos de una edificación ya existente.
Hablamos aquí de arquitectura ‘verde’ bajo el concepto de integración de espacios vegetales en estructuras mobiliarias e inmobiliarias, y no en el de edificios ‘inteligentes’ o ‘ecológicos’, que hacen uso de nuevas tecnologías y de energías alternativas para contribuir igualmente a una mejora de las condiciones de habitabilidad y de respeto al medio ambiente.
Hablamos de tejados verdes, de terrazas y fachadas sembradas según técnicas y tecnologías que se desarrollan a un ritmo vertiginoso y con las cuales es ya posible lograr un perfecto drenaje, controlar las raíces, distribuir el agua y, en definitiva, hacer posible este ‘milagro’ urbano con todas las garantías.
Parada de autobús en San Francisco. El mobiliario urbano también puede servir de plataforma para la ‘fiebre verde’. Éste fue diseñado por Diane Loviglio. 
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Academia de las Ciencias, California. Diseñado por el italiano Renzo Piano con inspiración en la topografía de San Francisco y con la misión de proporcionar espacio para los tragaluces y paneles solares. 
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Nueve Casas, en Dietikon (Suiza). Complejo creado por Peter Vetsch y que nos recuerda mucho a las viviendas de los hobbits.
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Edificio en Stuttgart, Alemania. El verde domina el ‘skyline’ de esta ciudad alemana donde, al igual que en Suiza, es obligatorio en las nuevas azoteas planas.
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Hotel Athenaeum, Londres. Obra de Patrick Blanc, experto en implantar jardines en fachadas, a los que llama ‘jardines verticales’. 
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Escuela de Arte y Diseño, Singapur. Una azotea curvada y ‘verde’ protege un edificio de cristal perfectamente iluminado.
La moda verde en la arquitectura → escuela de arte y diseño Singapur azoteas.jpg Pont Juvénal, Aix-en-Provence (Francia). Impresionante puente ‘verde’, obra también de Patrick Blanc. 
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CaixaForum, Madrid. España cuenta también con jardines verticales de la mano de Blanc, como este bello edificio en plena capital.
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Alejandro Miralles
Redacción

Soberanía alimentaria y agroecología


Entrevista a Henk Hobbelink.
Soberanía alimentaria y agroecología → Henk Hobbelink
“Los pequeños campesinos refrescarían el planeta”
Entrevista a Henk Hobbelink, ingeniero agrónomo y premio Nobel alternativo de agroecología.
Tengo 57 años. Nací en Holanda y vivo en Vallvidrera. Soy ingeniero agrónomo. Estoy casado y tenemos un hijo, Erik (20). Combato un sistema que nos arruina social, económica y ecológicamente. Fundé Grain, una oenegé dedicada a la soberanía alimentaria y la agroecología.
Hay comida para todos en el mundo?
¡De sobra! Pero no llega a todo el mundo.
¿A quién no le llega?
Hay mil millones de personas sin el mínimo de comida para estar bien alimentados. ¡Y vamos a peor…!
¿Y por qué?
Porque la comida se ha convertido en mercancía, en negocio.
¿Para quién?
Para la industria financiera y las grandes corporaciones multinacionales.
¿Qué hacen?
¡Acaparan más y más tierras!
¿Cuántas?
En los últimos cinco años, los grandes inversores internacionales han adquirido unos 70 millones de hectáreas de tierra agrícola.
¿Para qué?
Para producir grandes cosechas, especular con sus precios, exportarlas… y forrarse.
¿Y por qué eso es malo?
Porque aplican un modelo agroindustrial para el negocio de la exportación, no para consumir como comida. Un modelo de consecuencias nefastas.
Explíquemelas.
Una, las poblaciones campesinas locales son desposeídas…, y acaban mendigando en los extrarradios de las urbes.
Dos.
Se pierden para siempre variedades agrícolas locales tradicionales, sustituidas por semillas diseñadas en laboratorio, hoy el 80%.
¿Tres?
Se cultivan cosechas ingentes de soja o maíz para hacer piensos y agrocombustibles: el 90% de la soja y el 40% del maíz no se convierte en alimento: no va a los estómagos de personas, va a los depósitos de coches.
Cuatro.
Son cultivos basados en el petróleo: abonos y pesticidas sintéticos, combustible para tractores y bombas de agua y para transportar cosechas al otro lado del mundo… Y un dato: el 20% del tráfico rodado en Estados Unidos transporta comida. ¡Y todo eso contamina gravemente!
¿Hasta qué punto?
Nuestra oenegé lo ha calculado: la agroindustria genera la mitad de las actuales emisiones de CO2.
¿La mitad? ¡Es mucho!
Sí. Recuperar el modelo de agricultura local acabaría con el efecto invernadero. Si las tierras volviesen a los campesinos tradicionales, ¡se acabó el cambio climático!
¿Los payeses, salvadores del planeta?
Así es: ¡el retorno de los campesinos refrescaría el planeta! Y los abonos orgánicos fijan el carbono en el suelo.
¿Dónde están los payeses?
Siendo expulsados del campo: se imponen las grandes corporaciones, las plantaciones extensivas, los plásticos de Almería…
Ah, aquellas frutas con sabor…
A la agroindustria sólo le importa que tengan buen aspecto, se empaqueten bien y soporten largos transportes, ¡no su sabor!
¿Algún ejemplo?
Una zanahoria torcida, por rica que sea, es interceptada y no entra en una gran superficie. ¡Se tira! E igual con más productos. Entre eso y que compramos de más…, ¡el 40% de los alimentos no llega jamás a la mesa!
Pero la agroindustria es más eficiente.
¡Falso! El 30% de la tierra fértil del mundo, la de pequeños campesinos, produce el 65% de la comida. Y es más diversa, nutritiva y saludable.
Proponga alternativas.
Soberanía alimentaria y agroecología.
¿En qué consiste eso?
En respetar la sabiduría de los payeses tradicionales: ¡ellos saben qué le conviene más a su tierra para que los sustente!
¿Estamos a tiempo?
Gracias a internet, felizmente, pequeños agricultores están conectando directamente con consumidores: les ofrecen alimento fresco y saludable, y pueden subsistir.
Estará contento.
Es una esperanza. Yo lo hago así: en Vallvidrera, treinta familias nos proveemos de un agricultor ecológico de Collserola.
¿Merece la pena?
¡Claro! Buen precio… y frutas y verdura siempre frescas y de temporada.
¿Qué decretaría si mandase?
Ayudas sociales a los pequeños agricultores, para que se queden en el campo.
¿Qué más?
Es aberrante que se fumiguen con avionetas desde el aire pesticidas sintéticos que lo matan todo (incluidos cultivos de pequeños campesinos) menos la planta transgénica. Y todo para crecer exportando…: ¡es pan para hoy y hambre para mañana!
Ilústrelo, para acabar…
El inversor indio Karaturi ha comprado 300.000 hectáreas en Etiopía: rotura con bulldozers grandes plantaciones para exportar… Detrae agua del Nilo, ¡y así desecará un río del que viven millones de egipcios!
¿Tan buen negocio es?
Si tiene usted dinero en un banco, no dude que está financiando negocios así: es la burbuja agroalimentaria… Explotará y habrá hambrunas. ¡Estamos jugándonos el futuro!
Right Livelihood
Siempre ha habido hambrunas, es cierto, pero las actuales no se deben a causas transitorias: son sistémicas. Lo aprendo de Henk Hobbelink, que acaba de recibir el premio Right Livelihood (buen vivir), considerado el Nobel alternativo de agroecología, por la aportación de su oenegé, Grain (www.grain.org/es), a la soberanía alimentaria, en contacto y cooperación con líderes campesinos de diversos rincones del planeta, como los de Vía Campesina.
Sostiene que su modelo agroalimentario, basado en la pequeña explotación clásica, nos procuraría productos locales frescos y sabrosos, a buen precio, fomentaría la economía rural y solventaría la crisis alimentaria.
Víctor M. Amela
Publicado en: La Vanguardia

sábado, 5 de enero de 2013

CUENTAS 2010 de la Mancomunidad Campiña Alta


En cumplimiento de cuanto dispone el artículo 212 del Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales aprobado por Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, y una vez que ha sido debidamente informada por la Comisión Especial de Cuentas, se expone al público la Cuenta General correspondiente al ejercicio 2010, por un plazo de quince días, durante los cuales y ocho más quienes se estimen interesados podrán presentar reclamaciones, reparos u observaciones que tengan por convenientes.

En Cubillo de Uceda a 20 de diciembre de 2012.– El Presidente, Manuel Lara García.

Movilizaciones indispensables



La doctrina del shock.
Naomi Klein ha desarrollado lo que ella llama “la doctrina del shock”: la historia muestra muchos ejemplos de países en los cuales las políticas neoliberales de la escuela de Chicago dirigida entonces por Milton Friedman, que no hubieran sido aceptadas en tiempos normales, se impusieron aprovechando la confusión y el desconcierto que provocaron en la población acontecimientos traumáticos o catástrofes naturales.
Friedman propone claramente esta estrategia en su libro Capitalism and freedom: “solo una crisis —real o percibida— da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente.
Creo que esa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable”. Traducido: es necesario aprovechar las crisis para imponer nuestras ideas —las que “flotan en el ambiente”— que no serían aceptadas democráticamente en tiempos normales.
Los casos de Chile y Argentina son paradigmáticos: fueron necesarios golpes militares especialmente crueles y una cultura del miedo para que los ciudadanos aceptaran sin oposición una reconversión de su economía regida por los nuevos dogmas económicos.
Pero también catástrofes naturales como el tsunami del sudeste asiático o el huracán Katrina de Nueva Orleans constituyeron la ocasión para que importantes empresas privadas aprovecharan el vacío que provocaron esos desastres para avanzar en la privatización de la economía.
El triunfo de Margaret Thatcher en la guerra de las Malvinas le permitió remontar una popularidad gravemente amenazada y profundizar sus medidas privatizadoras. Por no hablar de la guerra de Irak, durante la cual se llegaron a contratar empresas privadas para que controlaran a otras empresas privadas que gestionaban la ocupación militar.
Afortunadamente en el caso de España no hemos tenido que sufrir golpes militares, tsunamis, huracanes ni guerras. Pero el impacto que ha provocado la crisis en la psicología social de nuestro país ha originado un vacío y una confusión que pueden ser aprovechados para dar un paso más en la privatización de muchos servicios públicos hasta ahora en manos del Estado, adelgazando nuestro precario estado de bienestar.
En una situación de inseguridad y caos es mucho más fácil imponer soluciones poco consensuadas por la población que en épocas de prosperidad.
El miedo, que es un componente importante de la crisis, suele tener como consecuencia el seguimiento incondicional a quien prometa eliminar su causa o bien reacciones histéricas igualmente improductivas.
Y así como en estas situaciones de crisis hay que temer la irrupción de demagogos y dictadores de todo tipo —al estilo de Hitler en la Alemania de los años treinta— también resulta preocupante el poder creciente de grupos de correctos financieros vestidos de negro y civilizados empresarios que llevan años esperando su oportunidad.
Como dice N. Klein, se trata de “esperar a que se produzca una crisis de primer orden o estado de shock, y luego vender al mejor postor los pedazos de la red estatal a los agentes privados mientras los ciudadanos aun se recuperan del trauma, para rápidamente lograr que las ´reformas´ sean permanentes”.
Desde el gobierno se suele transmitir el mensaje de que los recortes a este modesto “estado de bienestar” son temporales y se eliminarán una vez superada la crisis. Pero hay motivos para dudarlo: al rebufo de la crisis financiera se están tomando medidas cuya orientación poco o nada tiene que ver con disposiciones coyunturales y transitorias dirigidas a disminuir el déficit público.
Mientras las especulaciones financieras siguen sin pagar impuestos y los paraísos fiscales campando por sus respetos, la reforma laboral recorta derechos que los trabajadores consiguieron después de muchos años de lucha, la subida de impuestos y la inspección fiscal recae casi exclusivamente en los sectores populares y apenas roza a las grandes fortunas, la sanidad y otros servicios públicos se privatizan progresivamente, la educación dificulta cada vez más el acceso de los estudiantes con menos recursos, la reforma de la jubilación prevé medidas para el año 2020, aunque ningún economista sea capaz de anticipar el estado de las finanzas públicas para entonces y la desigualdad no cesa de aumentar.
¿Alguien piensa que estas medidas van a desaparecer cuando se logre reducir el déficit? De hecho, nuestro Ministro de Economía ya se adelantó a la posibilidad del fracaso de los servicios públicos cuando afirmó que si la crisis dura mucho tiempo será imposible financiar las prestaciones sociales. Aunque, por lo visto, será posible seguir financiando una administración pública abundante en gastos inútiles, desde organismos innecesarios hasta legiones de asesores sin funciones específicas que se trasladan en coches oficiales.
No se trata de postular teorías conspirativas. Probablemente muchos de los principales responsables de esta situación no previeron a tan largo plazo las ventajas que les ofrecería su irresponsabilidad, su incompetencia y su falta de escrúpulos.
Pero de hecho la gestión actual de la crisis ha convertido a sus culpables en sus principales beneficiarios: son los únicos a quienes se “rescata” y quienes pueden reeditar sus especulaciones en la seguridad de que el Estado acabará saliendo en su ayuda.
El único aspecto positivo de esta crisis es la creciente movilización popular que en buena parte es el resultado del tan denostado 15M que, más allá de las incoherencias y contradicciones inevitables en un movimiento plural y asambleario, ha generado un aporte pedagógico que se ha concretado en causas tales como la defensa de la vivienda, la sanidad y la enseñanza.
Y resulta casi sorprendente que algunas de estas movilizaciones hayan obtenido resultados concretos, aunque parciales: se han evitado cientos de desahucios, algún hospital se ha salvado de ser desmantelado, algunas leyes se han detenido al menos por el momento.
Tal vez estas movilizaciones no sean suficientes para recuperar el control democrático de los asuntos públicos, pero no cabe duda de que son indispensables.
Augusto Klappenbach
Escritor y filósofo español nacido en Argentina. Es profesor de filosofía en la universidad y, a su vez, profesor de filosofía en el I.E.S.
Fuente: Público
Ilustracion Dani Sanchis

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